viernes, 29 de enero de 2010

El Padre Pio y la Virgen María.



SU ARMA PREFERIDA.



Su amor a la Virgen se expresaba en particular por el rezo del Santo rosario que llevaba siempre enrollado en la mano o en el brazo, como si fuera un arma siempre empuñada.
Una tarde Padre Pío estaba en cama y lo asistía su sobrino Mario. El tío le dijo:
-Mario, tráeme el arma.
El sobrino buscó por aquí y por allá en la celda, sobre la mesa, en el cajón.
-Pero tío, no encuentro ninguna arma.
-Mira en el bolsillo de mi hábito.
El sobrino hurgó en el amplio bolsillo, y nada.
-Tío está sólo la corona del rosario.
-Tonto-, ¿no es esa el arma?
-"Toma esta arma", le había dicho una vez en sueño la Virgen.
Sus cohermanos llamaban a Padre Pío "El rosario viviente" ¿hay oración mas bella -decía él- que aquella que nos enseñó Ella misma? Recen siempre el rosario".
Y con el rosario en la mano, pronunciando dulcemente los nombres de Jesús y María, entregó su hermosa alma a Dios.
Le gustaba al Padre Pío contar ese sueño:
"Una noche soñé que estaba asomado a la ventana del coro y veía la plaza llena de gente. Les grité:
-¿Qué quieren?-La muerte de Padre Pío-contestaron
-Ah, entonces ustedes son comunistas! -les dije yo, y me metí al coro.
En aquel momento me viene al encuentro la Virgen y me dice:
-No le tengas miedo, aquí estoy yo. Toma esta arma, vuelve a la ventana y úsala.
Yo obedecí y todos se cayeron muertos.



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