1era parte- Historia- Fiesta del Carmen de la Tirana


LA TIRANA
EL NORTE GRANDE CELEBRA SU FE

Agota el sol que quemando viene,
y la sombra del tamarugo mitiga mis penas,
Ya la espera del año concluye.

Cruzando el desierto, asomado el tamarugal
despunta la cúpula de un templo:
en él, la marcha del año concluye
y se alegra el corazón cansado
cuando encuentra pan y abrigo
en el rostro de una noble doncella...

¡Ay Chinita, ay Señora!
he vuelto a verte en el corazón de esta pampa
sembrada de tamarugos...
¡Ay chinita y mi querida niña,
Maria del Carmen,
Reina y Señora de la Tirana!

I El SantuarioIntroducción


La fiesta de La Tirana es uno de los acontecimiento religiosos que a más fieles reúne en el Norte Grande, Son miles las personas que durante una semana, entre el 10 y 18 de Julio, se dan cita en medio del desierto, en el pueblo de La Tirana, para venerar a la Virgen María, bajo el título de la Virgen del Carmen de La Tirana.

El pueblo se ubica a 75 Kms. de la ciudad de Iquique, capital de la primera región. Se encuentra en la depresión intermedia, a 1010 metros sobre el nivel del mar; en lo que es llamado la pampa del Tamarugal, por la gran concentración de tamarugos, que fueron diezmados en gran parte durante el período salitrero para fabricar carbón. La temperatura media es de 30 grados en el día y 2 grados en la noche. Es el típico clima en la Pampa del Tamarugal, donde el pequeño pueblo de “La Tirana” parece dormido pero... A principio de Julio de cada año todo cambia, la pampa despierta.

Durante el año viven en el lugar alrededor de unas 1000 personas. El pueblo duerme en el silencio del año. La mayoría de sus casas cerradas despiertan del letargo para los días de la fiesta.

La Tirana es un Santuario en el desierto. Hacia allí se dirigen los caminos de los peregrinos de distintos puntos del norte de Chile, países fronterizos y de la zona central del país.

Historia - leyenda

La historia de sus orígenes se confunden con la leyenda. Esta cuenta que Ñusta Huillac, hija del último Gran sacerdote de los incas, habiendo huido del Cuzco se refugió en los bosques de tamarugos de la pampa del tamarugal, acompañada de sus fieles guerreros, guardando un odio mortal hacia los conquistadores españoles. Al regreso al Perú de la expedición hacia el Sur de Don Diego de Almagro, la Ñusta realizó una matanza sin piedad de muchos españoles que se internaban en los bosques del Tamarugal. Su odio despiadado le atrajo el sobrenombre de Tirana.

Un día sus soldados tomaron prisionero a un portugués y lo llevaron a su presencia. Se trataba de Vasco de Almeida que venía de las minas de plata de Huantajaya. La Ñusta se enamoró de él, retrasando su ejecución. Fue en este periodo donde la Ñusta conoció la religión cristiana y se convirtió. Dice la leyenda que cuando Vasco Almeida procedía a bautizarla, fueron sorprendidos por los sacerdotes incas y los soldados, matándolos en el mismo lugar. Por el amor y reverencia que tenían a su líder, a petición de la Ñusta moribunda, colocaron sobre sus tumbas una cruz.

Muchos años más tarde, un fraile, al parecer mercedario, encontró la cruz y construyó una ermita, colocando una imagen de la Virgen, iniciándose de esta forma el culto en ese lugar.