lunes, 19 de junio de 2023

Catequesis Fiesta de la Tirana 2023

CATEQUESIS FIESTA AÑO 2023

FIESTA DE LA FRATERNIDAD

 

¡Que alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor! Así comienza el salmo 121, que el pueblo de Israel entonaba cuando estaba llegando a la ciudad Santa, al templo de Jerusalén para celebrar la fiesta.

Hoy nosotros también somos convocados a la casa de la Carmelita, en su Santuario en el Tamarugal, para celebrar fiesta, celebrar nuestra fe, nuestra identidad, nuestra religiosidad. Hoy más que nunca vamos con alegría, porque luego de cuatro años, desde la fiesta del 2019, volveremos a cruzar con la cruz del anuncio las puertas del Santuario y hacer fiesta. La Carmelita, después de tanto tiempo, volverá a pasear por las calles de su pueblo, encontrándose con sus hijos peregrinos venidos de tantos lugares. Vestiremos el desierto de alegría, de colores, de música, de familiares que vienen de diferentes lugares, tal como lo expreso el Papa Francisco en su homilía en su visita a nuestra diócesis de Iquique[1].

Pero para llegar a la fiesta, que como la teología lo ha dicho, es un encuentro de Dios con su pueblo, y del pueblo con su Dios, donde Dios se pasea en medio nuestro, es necesario movilizarnos, prepararnos, que es el sentir de esta catequesis.

 

1.  Nuestro recuerdo.

En primer lugar, queremos hacer memoria y reconocimiento de los que no están, aquellos que ya partieron, que fueron devotos de la Carmelita y que en el tiempo de pandemia fueron llamados al encuentro del Señor, muchos de ellos en el silencio, no nos enteramos a tiempo, incluso por la agresividad de la enfermedad, tantos sin un ministro presente para elevar la oración de recomendación o responso, o en la soledad de ser sepultados solo por 4 personas. Eran los que compartían en nuestras comunidades o bailes religiosos, aquellos que caminaban por las calles del pueblo y saludábamos con tanto cariño, que no nos veíamos de la fiesta del año anterior.  Por ellos elevamos nuestra oración, ellos que nos dejaron un testimonio valiente, sacrificado, nos legaron la fe. Sin duda su ausencia estará marcada en esta fiesta, y no nos cansaremos de agradecer. Pero caminamos con la esperanza de volvernos a encontrar y celebrar juntos allá en el cielo. La verdadera fiesta del reencuentro la haremos junto al Señor en su Reino y junto a la Virgen, y los que ya nos esperan para el reencuentro, donde nadie estará ausente, porque nos hemos preparado para esta fiesta sin fin, fiesta de la plenitud.

Preguntémonos:

-          ¿De quién hacemos memoria agradecida que nos ha dejado en este tiempo sin fiesta?

-          ¿Cómo tributaremos nuestro homenaje?

 

2.     Las celebraciones de estos años

Durante estos años de pandemia no nos hemos quedado, y de diferentes formas hemos querido celebrar nuestra fe. Estábamos confinados en nuestros hogares, no podíamos asistir a nuestras parroquias, comunidades, se suspendieron los ensayos, clases, llegaron los teletrabajos, etc. Pero de alguna forma nos la ingeniamos para celebrar nuestra fe.

Aprendimos de una forma u otra a utilizar la tecnología. Supimos lo que era las transmisiones en vivo, el zoom, meet, Jitsi, y tantas otras plataformas digitales que nos permitían encontrarnos de una forma diferente, virtual.

Fueron estos años celebraciones en casa, en familia, donde vestimos de color y música nuestros barrios. Cuanta emoción al recorrer las calles de nuestro norte, y ver que la devoción a nuestra Madre no la detenía una pandemia. Calles con gallardetes, altares familiares en las casas, pendones de tal familia, comunidad, baile. Se abrieron las puertas de las  casas para acoger a la madre del Señor que ahora ella nos venía a visitar en el tiempo que recordábamos la fiesta. El Norte celebró con todo su amor, devoción y de la mejor forma a la Carmelita. Fueron las suplicas de bailes, colegios, peregrinos de diferentes partes del país y del extranjero. Ella sin duda estaba muy contenta por el amor de sus hijos, y como llevaron la alegría y devoción a los lugares de origen.

Preguntémonos:

-          ¿De qué forma expresé mi devoción en este tiempo de celebrar en casa?

 

3.      La sinodalidad.


Con la fiesta de este año comenzamos un nuevo camino pastoral, que tomando la invitación que nos hace el Papa Francisco, avanzamos por las sendas de la sinodalidad. Así, este camino estará marcado por la fraternidad, la esperanza, la profecía. De esta manera llegar al 2026 y celebrar el centenario de la coronación de la Virgen del Carmen, como Madre y Reina de Chile.

 

Cuando hablamos de sinodalidad, un término un poco raro, que hasta parece trabalenguas, es necesario saber que no es algo tan nuevo, sino que está presente desde los primeros siglos. Ya tenemos algunos datos donde San Agustín invita a este camino. Este camino sinodal implica caminar juntos, unos con otros, donde nadie queda excluido, donde todos nos involucramos. No es un método, es una experiencia de vivir la fe.

Esto supone reconocernos hermanos, que necesitamos unos de otros.

A lo largo de la historia de la salvación vemos muchos pasajes en la Sagrada Escritura donde la fraternidad no es lo mejor, que nos ha de cuestionar, y ver cómo Dios busca que todos seamos hermanos.

¿Dónde está tu hermano? ¿Qué has hecho con él? Es la pregunta que Dios le hace a Caín en el libro del Génesis[2] por la vida de su hermano, y que sin duda es la misma pregunta que nos hace a cada uno de nosotros: ¿Dónde está tu hermano? La pandemia nos ha llevado a tener muchos encuentros virtuales, donde muchas cosas son superfluas, necesitamos del contacto de unos con otros, de la simpleza de compartir una llamada telefónica, una taza de té, un almuerzo, u otras formas de vernos y sabernos necesitados.

Dios nos pregunta por nuestro hermano, que es un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, un miembro de la comunidad, un integrante de nuestro baile religioso. Estamos todos llamados a cultivar buenas relaciones, fraternas, sinceras, con mucho respeto.

La fraternidad es un desafío constante. La globalización no ayuda mucho en este aspecto, porque nos vuelve más individualista, egocéntricos, y nos hace perder esta dimensión. Un claro ejemplo de esto es ver en un almuerzo, o en una reunión, en una junta, cuántos están más conectados al celular que lo que está pasando en ese mismo encuentro.

Cuantas discusiones al interior de nuestras comunidades, trabajos, bailes, organizaciones por una mala comunicación o porque no hemos puesto todo lo nuestro.

En esta fiesta estamos llamados a poner los medios necesarios para encontrarnos todos, vivir en comunidad.

En el segundo domingo de pascua, la lectura de los Hechos de los Apóstoles nos cuenta la vida de las primeras comunidades, y estas tenían 4 características muy importante: 1. Se juntaban para hacer oración; 2. Ponían todas las cosas en común; 3. Celebraban y alimentaban su fe; 4. Tenían una sola alma y un solo corazón.

Nuestras comunidades, bailes religiosos, parroquias deben ser como esta primera comunidad. Es necesario juntarnos para ver como avanza nuestro grupo, para ver cuentas, datos, etc, pero no podemos olvidarnos de hacer oración. Es muy importante que hagamos un momento de oración al iniciar y finalizar. Encontrarnos como hermanos también para orar.

Esta comunidad primitiva ponía todos los bienes en común. Esto habla de una preocupación constante de todos los miembros, de saber cómo está el que no vino, si le pasó algo, quien en nuestra comunidad tiene alguna necesidad, si pasa por un momento difícil, etc. Es saber ser hermanos.

Otra de las características de esta primera comunidad es que celebraban y alimentaban su fe. Todos estamos llamados a celebrar nuestra fe, sin duda y en primer lugar en la Eucaristía, fuente y culmen de toda vida cristiana, en la celebración de los sacramentos, en las prácticas de piedad y caridad, en el canto y la danza. Expresar una fe común, vivida de diferentes maneras, pero que nos reconoce sin duda como hermanos.

Y la última característica de esta comunidad es que tenían una sola alma y un solo corazón, que viene a reafirmar todo lo anterior, de saberse hermanos, que Jesús resucitado camina con ellos, está con nosotros. El mismo nos enseña a llamar a Dios “Padre”, y si es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos, y entre hijos somos hermanos.

 

En el altar de la Virgen, en el Santuario en La Tirana, hay una leyenda grabada que dice: “Hagan todo lo que Él les diga”, tomada del Evangelio de Juan, en las Bodas de Caná[3].

Esas palabras de la Virgen tienen que rezonar cada vez más en nuestro corazón. Hagan lo que Él les diga, y lo que Jesús nos dice es que seamos hermanos, que seamos uno, como Él y el Padre, que nos aprendamos a respetar, a cuidar, a querer, cuando sea necesario a corregir con caridad, así vamos creciendo, nos vamos haciendo de verdad hermanos.

Vivamos la fraternidad. Que esta fiesta sea una fiesta de hermanos, donde de la mano de la Virgen podamos cantar las maravillas que hace el Señor en cada uno de nosotros. Ella es nuestro faro que nos alumbra. Que al nombrarla de verdad nuestra madre, podamos decirle aquí están tus hijos, que nos reconocemos hermanos.

 

Peregrino, Peregrina, Bailarín, músico, comerciante, sacerdote, religiosa, diácono, miembro del equipo pastoral, subamos al Santuario con esta mirada, sabiendo que la Virgen es nuestra madre, que nos espera en su casa para hacer fiesta y que nosotros vamos con alegría para hacer no cualquier fiesta, sino la fiesta de los hermanos, la fiesta de la fraternidad.

 

Con afecto,

 

 

                                                                                           Pbro. Eduardo Parraguez Fernández

     Rector Santuario

Asesor General de los Bailes Religiosos

 



[1] Homilía Papa Francisco en Iquique, 18 enero 2018

[2] Cf. Gn 4, 9-12

[3] Cf. Jn 2, 5


Patrona de Chile Lema Tirana 2023


 

Conferencia de Prensa Tirana 2023



lunes, 4 de julio de 2022

Fiesta de la Tirana 2022



 

Fallece Caporal Fundadora de Pieles Rojas de Peña Chica

 AHORA DANZARÁS ETERNAMENTE EN EL CIELO

A minutos de iniciar el ansiado mes de Julio, en que celebramos a la querida Chinita del Tamarugal, diste tu último respiro en este mundo. Tu partida nos anunció que había llegado el tiempo de la Tirana. Y esto nos hizo recordar cuando nos decías: preparen sus trajes que falta poco para subir a la fiesta. Aquí estuvo tu pasión, en ese pueblo querido, que te vio danzar y cantar con amor a la Madre del Cielo. Tu pasión por la Virgen vestida de Carmelo que te hacía pensar los 365 días del año en la Tirana. Mientras cocinabas salían de tus labios las canciones de tu baile y cuando conversabas con tu familia brotaban los recuerdos del joven baile nacido en Peña Chica.
En tu baile encontraste consuelo y esperanza, sobre todo cuando la oscuridad y la muerte invadieron tu vida. La súplica dirigida al cielo por medio del canto y la danza te ayudaron a nunca decaer y una y otra vez levantarte para seguir luchando. Por eso, fuiste apasionada por la Carmelita, porque experimentaste que ella siempre estuvo a tu lado. Y esto es lo que nos transmitiste con tu vida. Quizás, en ocasiones cometiste errores, como todos, pues al lado de cada virtud convive casi siempre un defecto. Pero hoy nos quedamos con lo grandioso que nos heredaste, con tu pasión por Jesús, María y San Lorenzo.
Ahora danzarás eternamente en el cielo junto a mi tío Hernán y a todos los Pieles Rojas difuntos de la Tirana. Tu recuerdo será inspiración para seguir en las filas de Peña Chica, inspiración para atesorar y defender nuestras raíces y tradiciones, inspiración para entregarnos a nuestro baile como tú, con pasión. Querida Talita, como te decíamos con cariño, descansa en los brazos de la Rosa Divina, aquella que enjugó tus lágrimas y que ahora te invita a danzar para siempre en la fiesta del cielo.
Tía Ana, descansa en Paz.
Tu sobrino nieto,
Luis Cisternas Aguirre, ofm.





Fiesta de la Tirana 2022

 


miércoles, 23 de junio de 2021

"Fiesta de la Añoranza"- Tirana 2021

 Para preparar el corazón a la Fiesta de la Tirana 2021

“La Fiesta de la Añoranza”

______________________________

Añorándote

Letra: Fr. Luis Cisternas Aguirre, ofm


 

Nuestros bombos y platillos silentes,

lanzas y matracas inmóviles.

Un camino en el desierto sin transitar,

y un corazón deseando estar.

 

Vamos compañeros fue nuestra última oración,

¡Ay Señora, ay María! Añorándote el alma mía,

Volver a tu casa de la Tirana, regazo de amor y perdón,

Es lo que más deseo como estar junto al Eterno Padre Dios.

 

En medio de nuestras vidas,

No nos olvidaremos de quienes partieron

a aclamarte en el cielo noche y día.

No nos olvidaremos de amarte madre día,

 como el mejor consuelo y estrella querida.

  

Danos Madre Soberana

Danos tu vida y bendición.

Y alcánzanos de Dios,

la salud y el perdón.

 

Desierto, color, música y silencio,

es el incienso de nuestro pueblo,

que elevan los hijos peregrinos

A la bendita Madre Carmelita de nuestro pueblo.