domingo, 17 de abril de 2011

Semana Santa

Con María caminamos por semana santa.

Ya nos encontramos en los días santos de la semana mayor. Muchas veces no sabemos con qué actitud ingresar a esta semana para vivir con más intensidad los misterios del Señor, pero una vez mas nuestra Madre se nos hace compañera y maestra en nuestro camino, enseñándonos la humildad de su corazón como la forma más adecuada de pararse frente a éstos días. La humildad entendida como vivir desde lo que somos, es decir, si bien nuestra identidad más original y profunda consiste en ser hijos de Dios, sabemos que al mismo tiempo nos encontramos heridos y débiles por el pecado, constituyéndose en el gran velo que oculta nuestro ser hijos; y justamente para volver a nuestra imagen filial necesitamos ser liberados y amados ahí: en la herida y el pecado, para así ser muertos con Cristo y después resucitar como hijos amados por Dios. Por esto la humildad del corazón de María, que conocía quién era de verdad, se constituye en nuestro sendero para transitar y vivir desde adentro esta semana.
Junto a todas las celebraciones litúrgicas de nuestra Iglesia, la oración y el silencio personal son el lugar privilegiado que Dios tiene para revelarte quién eres, en cuanto a tu yo actual, y así terminar por revelarte tu ser más verdadero de hijo amado por Dios. Celebremos semana santa en nuestros corazones, y veremos como las distintas celebraciones litúrgicas de nuestras comunidades las viviremos con otro espíritu, irradiando al resucitado en nuestro entorno.

Buena semana santa, que María nos acompañe...


No hay comentarios:

Publicar un comentario