lunes, 20 de mayo de 2013

Aniversario 61 Baile Religioso Pieles Rojas de Peña Chica


Lunes 20 de Mayo de 2013, Santiago de Chile.

Muy queridos/as hermanos/as del
Cuerpo de Baile Religioso Pieles Rojas de Peña Chica.

“Piel Roja soy y en nuestra vida
emblema santo de nuestra Madre” Himno del Piel Roja
 
 




Con afecto fraterno, me uno desde la Capital a la fiesta de aniversario n. 61. Hoy nos alegramos, porque nuevamente reconocemos a Dios que ha salido al encuentro de nuestras vidas para caminar con nosotros mediante la “carmelita”; nos alegramos porque continuamos reconociéndonos familia de Dios al seguir caminando unidos como hermanos;  y también nos alegramos porque en medio del dolor y la dificultad hemos encontrado en Jesús y su madre María y a la vez en el baile un lugar donde descansar y fortalecerse. Por todo lo anterior, hoy nos alegramos y expresamos nuestra acción de gracias con el canto y la danza, pero de modo especial con la Eucaristía, ustedes en Iquique y yo en Santiago.
Me es imposible dejar de pensar en Oscar, y seguramente hoy esta presente en la memoria de la mayoría de nosotros. Nos dolió su partida, y probablemente algo de aquellos sentimientos aún deben continuar. Sin embargo, si pudiéramos preguntarle a Oscar como nos quiere ver, él nos diría: canten y dancen, porque el Padre Dios a cada uno nos tiene preparado un lugar en la vida eterna.
Dios no nos abandona, y tampoco lo hace con la familia grande, la Iglesia, ya que la sigue asistiendo y proporcionando aquello que necesita. Hemos vivido con alegría y emoción, la elección del nuevo Papa Francisco, su nombre y gestos han conmocionado a muchos, expresándonos con ello, un proyecto de Iglesia más parecida a la querida por Jesús. El mismo Papa Francisco ha dicho: “quiero una Iglesia pobre y para los pobres”. ¿Qué pueden decirnos a nosotros estas palabras del Papa? ¿En qué pueden interpelarnos?
Sabemos, que el nuevo Papa ha elegido su nombre, inspirándose en San Francisco de Asís, por su ejemplo de humildad, paz y pobreza. Así mismo, San Francisco al contemplar y relacionarse con la Virgen María, lo que más resaltaba, era que por ella Dios ha habitado entre nosotros, pero junto a esto que «Siendo Él sobremanera rico, quiso, junto con la bienaventurada Virgen, su Madre, escoger en el mundo la pobreza» (2CtaF 5).
A San Francisco le marcó la pobreza de la Virgen María, llamándole “la Virgen Pobrecilla”. Este es un llamado urgente para cada uno de nosotros, a mirar la pobreza como camino de encuentro con Dios. Con esto no quiero decir que Dios quiera la pobreza, sino como ella, es también oportunidad para un encuentro. Entonces, ¿qué pobreza debemos mirar? En primer lugar, la pobreza que cada uno tiene en su vida, esa de carácter existencial, y que se identifica con las frustraciones, la carencia, la enfermedad, el sin sentido, la depresión, la soledad, las debilidades, etc… Dios quiere hacer algo con nosotros desde esa misma situación, no quiere anular nada sino sacar de ella lo mejor. En segundo lugar debemos mirar la pobreza como proyecto de Iglesia, porque como Iglesia no estamos para ser los más importantes en medio de la sociedad, no estamos para recibir privilegios, no estamos para imponernos por sobre otros, no estamos para ser un imperio en este mundo; pero si estamos para ser una comunidad de hermanos que con nuestros pecados y gracias caminamos fraternalmente con fe hacia el encuentro con el Padre Dios en medio de este mundo, haciendo nuestros los dolores y las alegrías de todos. En tercer lugar, mirar la pobreza en los hermanos que sufren la carencia material, la falta de posibilidades laborales y académicas, la drogadicción y el alcoholismo; quizás algún cercano, vecino o amigo esta pasando por algunas de estas situaciones…ahora, somos invitados a ir donde ellos para caminar junto a ellos.
Hermanos del baile, para concluir, hoy con ustedes agradezco al Señor, por haberme regalado este caminar junto al baile. Gracias Señor por Nuestra Madre, la chinita del Tamarugal, gracias por cada uno de ustedes, gracias por tantos que han pasado por nuestras filas: Lorenzo, Hernán, Oscar y tantos más. Gracias y feliz cumpleaños!
Que el Señor con su Espíritu Santo que nos ha prometido, siga asistiendo y guiando la vida de todos, de nuestro baile y de la Iglesia, y María, nuestra querida chinita del tamarugal nos siga enseñando a ser discípulos misioneros de Jesús.



Cariñosamente,
Hno. Luís Cisternas, ofm.

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