"EN SEMANA SANTA UNIDO A JESÚS"
Hno. Luís Cisternas Aguirre.
Adoremos juntos a Jesús presente y vivo en el Sacramento del altar, y también sintamos su presencia verdadera en nuestros corazones, que nos habita desde nuestro bautismo al quedarse en nuestro interior el Santo Espíritu de Dios.
Contemplemos al Señor en el huerto de olivos, gimiendo y turbado por el miedo frente a la cruz, Él ahora también acompaña nuestra cobardía frente a la cruz, al sufrimiento y la desolación de la vida.
Él vivió y experimentó estos sentimientos humanos, por eso en estos momentos brota de su corazón compasión y comprensión por nuestra cobardía.
En esta noche como los discípulos nos resistimos, y dejamos abandonado al maestro, y esto porque la Cruz es una cuestión muy difícil y dura ¿Quién la puede llevar?.
Por eso sintamos la presencia de Cristo que vive y acompaña nuestra propia Pasión, Muerte y Resurrección.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él..."
Celebramos y hacemos memoria viviente de los misterios de la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo, no solo para que ellos se queden en la belleza de los ritos, en la alegría de los cantos y en el dinamismo de los tiempos litúrgicos; sino para que estos nos ayuden a adherirnos a la persona de Jesucristo, para vivir con Él, estar con Él y ser uno con Él. Todo lo celebrado tiene sentido en esto, ya que hemos sido creados para ser amados por ÉL y para amarle.
Por eso oramos:
Jesús, haz que deseemos buscarte para ser tuyo, y así seguirte donde tu vayas. Haznos reconocer nuestra debilidad y pecados para sabernos amados y redimidos allí en lo que aparentemente nos aleja de ti, y es así, pero cuando nos reconocemos débiles y nos abandonamos a tu misericordia, nuestra debilidad termina por acercarnos mas a ti.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, haz que deseemos profundamente transformarnos en ti, para que seamos reflejo tuyo, y te irradiemos en nuestras palabras, gestos, comportamientos y actitudes.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Contemplemos al Señor en el huerto de olivos, gimiendo y turbado por el miedo frente a la cruz, Él ahora también acompaña nuestra cobardía frente a la cruz, al sufrimiento y la desolación de la vida.
Él vivió y experimentó estos sentimientos humanos, por eso en estos momentos brota de su corazón compasión y comprensión por nuestra cobardía.
En esta noche como los discípulos nos resistimos, y dejamos abandonado al maestro, y esto porque la Cruz es una cuestión muy difícil y dura ¿Quién la puede llevar?.
Por eso sintamos la presencia de Cristo que vive y acompaña nuestra propia Pasión, Muerte y Resurrección.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él..."
Celebramos y hacemos memoria viviente de los misterios de la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo, no solo para que ellos se queden en la belleza de los ritos, en la alegría de los cantos y en el dinamismo de los tiempos litúrgicos; sino para que estos nos ayuden a adherirnos a la persona de Jesucristo, para vivir con Él, estar con Él y ser uno con Él. Todo lo celebrado tiene sentido en esto, ya que hemos sido creados para ser amados por ÉL y para amarle.
Por eso oramos:
Jesús, haz que deseemos buscarte para ser tuyo, y así seguirte donde tu vayas. Haznos reconocer nuestra debilidad y pecados para sabernos amados y redimidos allí en lo que aparentemente nos aleja de ti, y es así, pero cuando nos reconocemos débiles y nos abandonamos a tu misericordia, nuestra debilidad termina por acercarnos mas a ti.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, haz que deseemos profundamente transformarnos en ti, para que seamos reflejo tuyo, y te irradiemos en nuestras palabras, gestos, comportamientos y actitudes.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, haz que seamos tus manos, para acariciar; que seamos tu mirada para comprender y consolar; que seamos tus pies para ir por el mundo como hermanos de todos; que seamos tu corazón, para ser imagen de tu consuelo y amor.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, la gente quiere que nosotros les demos a Dios, así como quiere que el médico le cure o el profesor le enseñe. Necesitamos estar empapados, llenos de ti, porque como tu sabes: no podemos dar lo que no tenemos; y si no te tenemos a ti que podemos compartir con los otros. Por eso queremos que tú seas nuestro amigo, pero sabemos que muchas veces no lo eres y preferimos tantos otras cosas incluso personas a las cuales les damos tu lugar. Jesús sé nuestro compañero inseparable de nuestra vida y trabajo, aquel que nos convence y nos llena plenamente.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, sabemos que solo así podemos ser realmente tus hermanos, tus discípulos y misioneros en el hoy de la historia. Si nuestra vida tiene raíces en ti, los hombres y mujeres de nuestra sociedad verán lo felices y plenificados que somos, y se dirán: el cristiano no solo tiene una fe funcional, sino realmente unida al Señor, a ti.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, vemos en el día tantos rostros decaídos, cansados, tristes, amargados, y sin sentido; esos rostros también son nuestros muchas veces, por eso nuevamente te decimos: Sé tú nuestro gozo y alegría, para decirte con los Santos: “Eres lo mejor que nos ha pasado”. Tu quieres levantarnos a nosotros de nuestra desolación, pero también a otros que sienten la muerte tan presente en sus vidas, por eso nosotros frente a lo tanto que nos has dado queremos corresponder y retribuirte tanto bien que haces en nuestras vidas.
CANTO: “No miréis a nadie, a nadie mas que a Él…”
Jesús, solo una mujer no te abandonó, y estuvo junto a tí. Gracias te damos por María Santisima, tú madre y nuestra, por voluntad tuya, que no nos deja solos en la hora de la oscuridad y ahora se hace peregrina en nuestra vida.
CANTO: "No miréis a nadie, a nadie mas que a Él..."
Jesús, te sientes solo, triste y con miedo, y en esta aparente oscuridad tu único refugio y descanso fue nuestro Padre. Hoy también el Espíritu Santo me susurra que en los momento de Cruz me abandone en el Padre y solo en Él encuentre descanso y refugio.
CANTO: “Padre Nuestro”
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntaden la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamosa los que nos ofenden; No nos dejes caer en tentación,y líbranos del mal. Amen.
Jesús, te sientes solo, triste y con miedo, y en esta aparente oscuridad tu único refugio y descanso fue nuestro Padre. Hoy también el Espíritu Santo me susurra que en los momento de Cruz me abandone en el Padre y solo en Él encuentre descanso y refugio.
CANTO: “Padre Nuestro”
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntaden la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamosa los que nos ofenden; No nos dejes caer en tentación,y líbranos del mal. Amen.
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