miércoles, 17 de julio de 2013

Fiesta de Nuestra Señora del Carmen de la Tirana 2013

130 mil peregrinos en Eucaristía de Vísperas de la Fiesta de Nra Señora del Carmen de La Tirana
A las 22.30 hrs. comenzó la celebración religiosa más importante de Chile en torno al Altar del Santuario de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana.

"Queridas hermanas y hermanos, peregrinos, bailarines, músicos, comerciantes, hombres y mujeres. Queridos hermanos todos. Nos encontramos como todos los años en esta noche emblemática, en esta noche santa, en esta noche pascual. Es el Señor el que baja a transitar entre nosotros; es el Señor el que baila con su pueblo y, a pesar de las muchas dificultades que ustedes conocen, hemos podido llegar a celebrar con alegría esta noche de identidad para nuestra tierra." Con estas palabras, el Canciller de la Curia de Iquique y Rector del Santuario de La Tirana, Mons. Franklin Luza, abrió la celebración litúrgica en vísperas de la "Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile" en La Tirana.
 
Continuó agradeciendo a los medios de comunicación y a religiosos y religiosas: "Quisiera saludar y agradecer a los medios de comunicación social, a los medios de prensa escrita..., de radio difusión..., a los canales de televisión..., y a los medios digitales. Y esta noche también saludamos a través de los medios de comunicación, porque nos escuchan, los Carmelos de Chile, las Monjas Carmelitas de toda la patria, en su clausura, en su vida de oración, nos tienen presente en esta noche." 
 
Este año, la celebración de la "Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile", que se realiza en la Fiesta de La Tirana, estuvo centrada en la escucha de la Palabra, notándose inicialmente en dos signos: el primero una gigantografía del rostro de Jesús de la Sábana Santa de Turín que se elevó tras el presbiterio de la explanada en que todos los fieles fijaron la mirada; y el segundo, el Libro de los Evangelios (Evangeliario) que fue entronizado solemnemente después de habérsele dado lectura a la Palabra y con el cual Mons. Pablo Lizama Riquelme, Administrados Apostólico de Iquique y Arzobispo de Antofagasta, impartió la bendición a todos los fieles antes de iniciarse la reflexión de Mons. Luza sobre la meditación real de la Sagrada Palabra proclamada y oída, a la que siguió la tradicional homilía del purpurado.
 
"Bendito sea Dios que ha escuchado nuestros ruegos y que ha permitido que volvamos como hijos a estar aquí con nuestra madre en esta plaza" Con estas palabras el prelado inició su mensaje fuerte y claro, indicando que "para nosotros ha sido también muy duro, hemos tenido un año muy duro, por eso era necesario que nos pudiéramos juntar... hemos recorrido más allá de Chile para estar en esta fiesta..., ella que tajo al Verbo -Jesús- en su seno, ella es la que hoy día está recibiendo a cada uno de sus hijos y que va en bien de la multitud, en bien de Chile..." El mensaje del Arzobispo estuvo la importancia de ser, los peregrinos que han estado en el Santuario con María después de un largo padecimiento, sean la esperanza y la ayuda que necesitan muchos otros en el camino.
 
En el momento de la Liturgia Eucarística, se vivieron dos situaciones inéditas en la historia de la Fiesta, la omisión del saludo de la paz y la entrega de la comunión en la mano y no en la boca; esto como medidas sanitarias preventivas por la influenza 2 "AH1N1".
 
En la espera del alba todo el pueblo se encontró en oración y en el canto:
Dulce virgen del Carmelo, dulce virgen del Carmelo; 
tú crees en la Palabra, tu crees en la Palabra; 
mira al pueblo reunido, mira al pueblo reunido y transmítele la fe.
¡Salve María morena! ¡Salve María del indio! ¡Salve María de América!
Hermosa Virgen María, enséñanos a escuchar, 
Hermosa Virgen María, enséñanos a escuchar; 
la palabra de tu Hijo abriéndole el corazón, 
la palabra de tu Hijo abriéndole el corazón.
Oh valiente Carmelita, Madre del Pueblo de Dios, 
Oh valiente Carmelita, Madre del Pueblo de Dios;
haznos, tu, perseverantes en la fe y en el amor, 
haznos, tu, perseverantes en la fe y en el amor.
Reina y Señora, Madre misionera, Reina y Señora, Madre misionera; 
haz que proclamemos esta buena nueva, 
haz que proclamemos esta buena nueva.

Ya pasada medianoche, entre el sonido de campanas, del canto, el baile, fuegos artificiales, bombos y platillos, en la ardiente pampa del tamarugal, danzaron los montes y las estrellas junto a los peregrinos, bailarines, religiosos, religiosas y comerciantes para celebrar un nuevo 16 de Julio que la historia del norte grande, Chile y América Latina entera contempló.

FUENTE: Diócesis de Iquique

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